El edificio Chrysler posiblemente es el más bonito de Nueva York, y sin duda te recomiendo lo añadas a tu lista de visitas porque bien vale la pena.
No importa que no sea el rascacielos de Nueva York más alto, el Chrysler se ha ganado por méritos propios el ser uno de los más admirados por todos los que visitan la ciudad.
Cuando diseñamos el blog, sabía que no podía faltar en el skyline que tenía que presidirlo, así que si vas a ir a visitarlo, no pierdas dato de todo lo que tengo que contarte.
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Historia del edificio Chrysler
Durante los años 20 se construyeron la gran mayoría de los rascacielos de Nueva York, provocado por la expansión económica que Estados Unidos sufrió tras la I Guerra Mundial.
En un principio el constructor y promotor William H. Reynolds planificó la construcción de un rascacielos hasta que el dueño de la conocida marca de coches Chrysler, Walter Percy Chrysler, se interesó por el proyecto y aportó los 15 millones de dólares que costaría la construcción del edificio más alto de todo Manhattan y que fuera muestra de la grandeza de la compañía.
En aquel momento estaban construyendo el rascacielos del Banco de Manhattan en Wall Street, pero el arquitecto William Van Alen, había estado planeando durante meses el modo de ganar la carrera.
¿Cómo? Logró obtener el permiso para instalar una aguja metálica de 56,39 metros y se ensambló en el más absoluto secreto en la planta número 65 del edificio.
El 23 de octubre de 1929, el día anterior al Jueves Negro, se subió lentamente la aguja desde la corona hasta la cima de la cúpula del edificio, proceso que duró noventa minutos y hecho que lo convirtió en el edificio más alto de Nueva York.

La construcción del edificio finalizó en 1930 y durante 11 meses se convirtió en el rascacielos más alto del mundo con 77 pisos y 319 metros de altura… hasta que finalizó la construcción del edificio Empire State.
En la actualidad el edificio alberga oficinas y ya no pertenece a la compañía Chrysler, pero aún así a día de hoy sigue manteniendo el nombre.
El mirador del Chrysler Building
Cuando se inauguró era posible subir al mirador público de la planta 71 llamado Celestial por tan solo 50 centavos. El mirador tiene forma de circunferencia y techos abovedados, inclusive fueron pintados con motivos celestes y colgaban pequeños Saturnos de vidrio.
Las características ventanas triangulares de su cúpula, no facilitaba una vista cómoda a los visitantes, así que cuando el edificio Empire State abrió su mirador al aire libre, los turistas dieron las espalda al Chrysler Building, provocando que en 1945 cerrara definitivamente su mirador.
El restaurante del edificio Chrysler Nueva York
Las plantas 66, 67 y 68 se ubicó The Cloud Club, que abrió sus puertas en julio de 1930, un retiro privado para ejecutivos, una guarida de hombres.
Durante muchos años, The Cloud Club fue el lugar de reunión para personalidades como el Sr. Chrysler; E. F. Hutton; Juan Trippe, el fundador de Pan American World Airways, y Conde Nast, el editor.
La reputación de élite del club duró otras cuatro décadas, como lo demuestra una lista que hasta 1971 contaba con 300 miembros de 180 corporaciones.
Los miembros disfrutaron del uso de los servicios del club como un teletipo, un salón con paneles estilo Tudor, un humidor para cigarros de todo el mundo y cajas de casilleros privados donde los miembros guardan sus suministros de licor.
El club era conocido por su sopa de alubias negras, lenguado de Dover y pudín de pan y mantequilla. Aún así, la atracción principal era la amplia vista al sur desde el comedor principal en el piso 67.
En la década de 1970 las corporaciones se estaban yendo de la ciudad, y el Cloud Club se tuvo que enfrentar a la competencia de unas tres docenas de clubes privados de almuerzos ejecutivos, incluido el Sky Club en el piso 56 del cercano edificio Pan Am.
En 1979 el restaurante realizó su último servicio y desde entonces, ha estado abandonado durante años.
En la década de los 80 se hicieron varios intentos de llenar los tres pisos vacíos: desde un club nocturno hasta una discoteca o un club de almuerzos para banqueros, pero el desplome de los alquileres de oficinas a principios de la década de los 90 cerró la puerta a cualquier tipo de apertura.
Hoy en día todo ha cambiado mucho y parece que podrían existir posibilidades de una nueva apertura, pero se rumorea que se había destruido sustancialmente los interiores art déco de las tres plantas, prohibiéndose así el acceso a que cualquier fotógrafo pueda dar fe de ello.
Su particular decoración
Después de la Primera Guerra Mundial, los arquitectos de Europa y Estados Unidos comenzaron a usar materiales industriales para caracterizar la edad moderna, y el estilo art déco parecía prestarse especialmente bien al diseño del rascacielos debido a que este tipo de construcción simbolizaba progreso, innovación y modernidad más que cualquier otro.
Aunque el auge del estilo art déco duró poco tiempo, coincidió con un gran boom inmobiliario en Nueva York a finales de los años veinte.
Por suerte fue en la época en la que se construyó el edificio Chrysler, y algo que lo hace inconfundible y elegante es la decoración art déco, un edificio totalmente cubierto de revestimiento metálico que brilla como un diamante cuando el sol le ilumina.
El diseño original contemplaba una corona ornamental de cristal con forma de joya, también una base con ventanas de altura triple coronadas por doce plantas con esquinas de cristal que daban la impresión de que la torre flotara física y visualmente en el aire.
Otro de los aspectos más bonitos son sus ocho gárgolas (2 en cada esquina) que sobresalen en sus esquinas de la planta 61 y que están inspiradas en las catedrales góticas (la catedral de Nueva York es de estilo neogótico).
Estas gárgolas tienen una longitud de tres metros y una envergadura de 4,5m.
Si utilizas el zoom de tu cámara, verás que en el exterior del piso 31 hay replicas de las tapas de los radiadores en forma de Mercurio.
Aunque el edificio tiene tan «solo» 3862 ventanas, el elemento que llama más la atención es su corona aristada formada por siete arcos concéntricos y con ventanas triangulares.
Curiosidades que la mayoría desconoce
- Es el 92º edificio más alto del mundo, el 14º de Estados Unidos y el 7º en Nueva York.
- El Edificio Chrysler pisos tiene 77 actualmente, aunque originalmente la altura del rascacielos iba a ser 246 metros y 67 plantas. Sin embargo, este diseño resultó ser demasiado avanzado y costoso para el contratista del edificio, que no aprobó el proyecto original de Van Alen.
- Se realizó una importante restauración a principios de los años 80.
- A principios de 2019 se vendió por 133 millones de €uros al fondo RFR del inversor inmobiliario de Nueva York Aby Rosen y un «socio extranjero no identificado».
- En el terreno donde está edificado el edificio Chrysler, antiguamente pasaba la carretera Boston Post Road que serpenteaba el este de Manhattan y que conducía hasta Boston. El ayuntamiento vendió las parcelas que bordeaban esta carretera y el terreno lo donó a The Cooper Union.
- Actualmente el terreno que sustenta el edificio Chrysler sigue siendo propiedad de The Cooper Union. En 1997, Tishman Speyer negoció un contrato de arrendamiento a largo plazo hasta 2147 con la universidad que estipulaba que el alquiler aumentara de 7,8 millones en 2017 a 32,5 millones cada año, desde 2019 a 2027.
- Su estilo fusiona el art déco y la estética gótica, adornado con águilas de hierro y una aguja que recuerda al peinado de Elsa Lanchester en ‘La Novia de Frankestein’.
- Toda su construcción está inspirada en los automóviles de su época.
- La decoración de acero tiene claras alusiones a la automoción, sus características gárgolas que decoran el exterior del edificio se inspiran en los adornos habituales en los capós de los coches antiguos, también adornos inspirados en tapacubos, carrocería o guardabarros, visibles, entre otras, en las esquinas de la planta 31.
- Todos estos detalles están hechos de acero inoxidable, el mismo material con el que se construyó la aguja y la corona.
- Aunque el edificio se construyó y diseñó específicamente para el fabricante de coches, la empresa no pagó su construcción y nunca fue su propietaria, debido a que Walter P. Chrysler decidió pagarlo él mismo para que fuera un proyecto personal.
- En su autobiografía, Chrysler dijo que construyó el edificio para que sus hijos tuvieran algo de lo que ser responsables.
- La oficina privada de Walter P. Chrysler estaba situada en el piso 65 y sólo se podía acceder con invitación.
- Uno de los mayores logros durante la construcción fue respetar las medidas de seguridad y prevención ya que los accidentes laborales eran frecuentes. Durante los dos años que duró su construcción no murió ningún trabajador.
- El edificio está construido de albañilería, con estructura de acero y revestimiento metálico. En su construcción se emplearon 20.961 toneladas de acero estructura, 400.000 remaches, 3.862 ventanas y 3.826.000 ladrillos colocados de forma manual con el fin de crear las paredes de carga..
- Aunque el esqueleto interior del edificio es de acero, el exterior es de ladrillo. El edificio Chrysler sigue siendo el edificio de ladrillos más alto del mundo.
- Se construyó a un ritmo frenético, una media de cuatro plantas por semana.
- El vestíbulo del edificio Chrysler tiene el primer reloj digital del mundo.
- El edificio dispone de 32 ascensores.
- Van Alen tenía que percibir $840000 en concepto de honorarios, un 6 % del presupuesto total del edificio.
- Chrysler se negó a pagar los honorarios de Van Alen, alegando que este había recibido sobornos de proveedores, además Van Alen no había firmado ningún contrato con Walter Chrysler cuando este se hizo cargo del proyecto. Los efectos de la Gran Depresión sumados a este escándalo, acabaron arruinando su carrera.
- El Edificio Chrysler tuvo un gran éxito comercial, mayor que el del edificio Empire, en 1935 ya tenía alquilado el 70 % de su superficie. Chrysler pretendía crear el edificio de oficinas más deseable del momento.
- En las plantas 66 a 68 había un club muy exclusivo llamado Cloud Club. En la segunda planta de este club estaba el comedor privado de Walter P. Chrysler. El Club abrió en 1930 y cerró sus puertas en 1979.
- Si quieres disfrutar de unas vistas espectaculares, sitúate en la esquina de la 3rd Avenida con la calle 44.
- En 2020 este emblemático edificio de Nueva York cumplió 90 años.
Visitar el edificio Chrysler
Se encuentra el 405 Lexington Avenue y la parada de metro más cercana es la de Grand Central, así que es bien fácil llegar.
Del edificio Chrysler se puede visitar solo el vestíbulo, no olvides que se trata de un edificio privado de oficinas, y únicamente está abierto en horario comercial, de 8h a 18h de lunes a viernes.
Visité el vestíbulo del edificio Chrysler la primera vez que viajé a Nueva York en 2002, acarreaba mi cámara de vídeo y no perdí detalle de tan increíble lugar.
Poco tiempo más tarde quise repetir experiencia y no tuve tanta suerte, enseguida nos invitaron a abandonar el edificio (supongo que debido al miedo que todavía existía tras el 11S).
Tardé mucho en volverlo a intentar, hasta que hace unos años accedí a ver si tenía suerte y podía tomar unas cuantas fotografías para hacer este post, y ya ves que triunfé.
Por cierto, toma nota que las vistas del edificio Chrysler desde el mirador del Top of the Rock son increíbles.
El vestíbulo del edificio Chrysler
Se respira art déco en todos los espacios y vestíbulo del edificio, Chrysler no reparó en gastos con tal de impresionar a otros arquitectos y magnates del automóvil, revistiendo las paredes con enormes losas de mármol africano rojo, y suelos con travertino de Siena traído de Alemania en una disposición que marca el camino hacia los ascensores.
La decoración del vestíbulo destaca por el minucioso trabajo de maquetería en absolutamente todos los detalles, muestra de ellos son las puertas de los ascensores.
El vestíbulo cuenta con una altura de tres pisos que se va estrechando a medida que sube.
Y en el techo, podrás ver que está decorado en su totalidad por un mural de 30×21m con forma de «Y» de colores ocres y dorados realizado por Edward Trumbull, que en su día fue uno de los más grandes del mundo.
El mural titulado «Transporte y empeño humano», homenajea la edad dorada de la aviación y la era de la máquina.
En el momento de su inauguración en el vestíbulo había un elegante restaurante y una cafetería. Los ascensores eran los más rápidos del mundo y viajaban a una velocidad de 330 metros por minuto.
Cuando se inauguró el edificio Chrysler el vestíbulo albergaba una exposición de vehículos de de la marca, exposición que hoy en día se encuentra en la primera planta.
En dos de los extremos del vestíbulo encontrarás escaleras que suben y bajan, puedes bajar sin ningún tipo de problema a la planta inferior donde encontrarás una galería comercial.
Aunque no es tan bonita como el vestíbulo del edificio Chrysler, la verdad es que es curioso ver que bajo el edificio hay otro mundo paralelo que mucha gente desconoce.
Preguntas frecuentes
¿Qué hacen en el edificio Chrysler?
Actualmente dentro del edificio Chrysler se encuentran firmas de abogados, gabinetes médicos y empresas de comunicación, lo que quiere decir que si tu dentista tiene la consulta aquí dentro, podrás disfrutar de unas vistas privilegiadas.
¿Cuánto cuesta subir al edificio Chrysler?
Aunque la entrada al vestíbulo es gratuita y libre, desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, los vigilantes no dejan a los turistas acceder a su interior para visitar el vestíbulo y hacer fotografías.
La única manera de poder dar un pequeño paseo por su interior, es si tienes una visita en alguno de los despachos que se encuentran en el edificio.
¿Cuántas personas murieron en la construcción del Edificio Chrysler?
Cuando se construyó el edificio Chrysler se calculaba que perecía una persona por cada piso que se construía por encima de la planta 15.
En total cuenta con 77 pisos por lo que según las estadísticas deberían haber muerto 62 personas, pero no murió nadie gracias unas medidas de seguridad sin precedentes.
Dónde está situado el edificio Chrysler y cómo llegar
El edificio Chrysler está situado en el 405 Lexington Avenue aunque tiene entradas por Lexington Avenue, la calle 42 y la calle 43, a tan solo 8 minutos desde el precioso Bryant Park, donde encontrarás uno de los baños de Nueva York más limpios.
No tiene mucha pérdida, antes de llegar a la Estación Central de Nueva York alza la vista y lo verás sin problema.
Puedes llegar hasta aquí sin problema en metro con las líneas S, 4, 5, 6 y 7 y bajarte en la parada Grand Central-42 St.
Si vas caminando desde la Biblioteca Pública de Nueva York no te llevará más de 5 minutos.
Artículo publicado por primera vez en noviembre de 2017 y actualizado en enero de 2023
Yo me debato entre este y el Flatiron, cualquiera de los dos me dejaron fascinada
Ambos son maravillosos
Vivi 2 años y medio alla…. Y NO SE X QUE NO C ME OCURRIO VISITAR AUNQUE SEA EL SHOPPING DEL SS. (Al estilo de la estación Madison Square)
Que belleza es ver desde New Jersey a Manhattan me fascina. Es hermoso!!!!
Estuve en diciembre pasado en Nueva por segunda vez y cuando comencé a ver el edificio Chrysler, comencé a dar saltos de emocion (literalmente). Visitamos el vestíbulo q como dices es precioso. Ya lo había visto en mi anterior visita hace 10 años y era uno de mis mejores recuerdos. Y la próxima vez bq vaya a Nueva York espero volver a verlo…
No cansa una visita al Chrysler, es maravilloso!
Tu blog es digno de admirar.
Absolutamente impecable.
¡FELICIDADES por él!
Gracias Judit!
El Chrysler es sin duda el más elegante y refinado del skyline de NY.
He ido 3 veces y nunca dejo de ir a "homenajeralo". Soy arquitecta, y me emociona verlo, tanto que tengo unos aros que reproducen el remate con sus ventanas triangulares!!
eso se le llama ser fan!! te entiendo, para quienes sois arquitectos o le gusta el arte, el Chrysler es un símbolo, es que es maravilloso.
Yo sólo intenté entrar al vestíbulo en uno de mis viajes y apenas habíamos entrado nos "invitaron" a marcharnos… Una lástima 🙁
¡Besotes!
Bueno, al ser un edificio privado si hay demasiada gente o se va con una cámara de fotos en la mano… es una pena, pq nos perdemos una de las mejores joyas de Nueva York.
Hola Isabel!
La verdad es que soy una gran fan de los rascacielos así que en NY me volví loca… Hicimos una visita guiada por NY y, entre otras cosas interesantes, nos contaron la historia de la construcción del edificio Chrysler. La verdad que es uno de los rascacielos que más me gustó, quizá, porque es uno de los grandes desconocidos ya que se habla del Empire State, del Top of the Rock o de One World Trade Center. Ojalá hubiésemos sabido que se podía visitar aunque fuese solo el vestíbulo (queda anotado para la próxima visita 😉 )
Siempre tiene que haber alguna excusa para poder volver 😉
Sin lugar a dudas me fascinan
sus gargolas
a mí también!
Nunca he entrado la verdad… Siempre me ha gustado admirarlo desde fuera! Me encanta la historia de que la aguja se construyó en secreto y se colocó cuando el Bank of America era más alto que el Chrysler… En plan 'Suck it Bank of America!', jajajja…
jajaja son grandes! menuda competencia había con ser el más alto.
Voy al menos una vez al año a New York,(tengo un hijo y tres nietos viviendo en New Jersey), ya lo he visitado varias veces y desde luego es un lujo contemplarlo por dentro y desde las calles que lo rodean…
Es que es precioso!