Si dudas donde tomar el brunch, ves a Sarabeth’s, puedo asegurarte no te fallará.
Sarabeth’s es un clásico en Nueva York y no pienses mal, no es un sitio para turistas aunque sea tremendamente conocido, lo verás repleto de autóctonos a diario.
Si dudas donde tomar el brunch, ves a Sarabeth’s, puedo asegurarte no te fallará.
Sarabeth’s es un clásico en Nueva York y no pienses mal, no es un sitio para turistas aunque sea tremendamente conocido, lo verás repleto de autóctonos a diario.
Nueva York está repleta de sitios de lo más normal, en lugares en los que no esperas.
Uno de ellos del que seguro me has oído hablar, es el Burger Joint situado dentro del hotel Meridien, una hamburguesería cochambrosa en un hotel de lujo…
Está bueno nivel infinito, y con esto podría acabar el post.
Yo solía ir a comer lobster roll a un garito de Wall Street, pero sanidad me lo cerró.
Prefiero no saber, me quedo con que estaba muy rico y era de los más baratos… aunque siempre eché en falta la inexistencia de una cocina… en fin.
Creo que podría alimentarme solo de sopa de noodles (ramen noodle soup), digamos que a Mafalda, solo me parezco en el pelo.
Cada visita a New York se convierte en un disfrute con el tema comida, sí claro, la cocina mediterránea está deliciosa, pero hay cosas que solo las encuentro allí.
Y sí, aquí también hay noodles, pero nada que ver, creedme.
Nunca he sido de ostras, mejor dicho, no recuerdo haber comido ostras antes de este día, y en Nueva York es muy habitual comerlas, sobre todo en la hora del afterwork.
Así que llevaba ya unos años queriéndolas probar, pero claro… es que valen mucha pasta.
Hasta que una amiga me habló de The Mermaid Inn, me comentó que de lunes a viernes hacían la happy hour, y que de 17 a 19h las ostras valían $1.
A The Mercer Kitchen le tenía ganas desde tiempos inmemoriables. De pasar por la puerta de este restaurante del barrio SoHo y decir, algún día entraré.
Y no porque fuera caro, bueno, sólo un poquillo más de lo habitual para el tipo de comida que ofrecen.
Donuts de red velvet ¿Dónde?
No hizo que me dijeran mucho más para que fuera a la otra punta de la punta, a buscar esos donuts que todo el mundo quería y que se agotaban con tan solo salir del horno.
Supongo que antes ya eran buenos, pero desde que la actriz Tina Fey rodó justo al lado 30 Rock, y dijo de los donuts que si tuviera pene, lo pondría dentro… la locura se desató.
No sé porqué no se instaura el brunch aquí como obligatorio, con lo que mola. Las cupcakes han llegado, tarde, pero llegaron, así que no desistimos.
Mientras, yo hago el brunch en Egg en Williamsburg.
Años visitando Nueva York y resistiéndome a esas empalagosas magdalenas. Menos mal.
Me gustan los dulces a porrón, como diría Alma, pero es que esto me parecía demasiado. Hasta que me di cuenta que parecía que si no te gustaban los cupcakes y los macarrons no eras nadie.
Fui a un Dean & DeLuca antes que al mirador Empire State. La culpa la tiene que soy una cine/serie adicta y que no me gusta hacer el turista, entre otras. Bueno, en realidad la culpa la tuvo esta serie…